Es una estafa el kit digital

¿Es una estafa el Kit Digital?

Llevamos tiempo leyendo posts, escuchando vídeos y recibiendo opiniones que aseguran que el Kit Digital es una estafa. Y aunque la palabra suena fuerte, no podemos ignorar que muchas de esas críticas no son simples quejas sin fundamento: tienen bastante razón.

Desde nuestra experiencia como agencia que ha ayudado a clientes antes, durante y después de acogerse al programa, queremos compartir nuestra visión, sin dramatismos, pero con un toque de ironía y, sobre todo, con argumentos reales.

1. Por 3.000 € pagas 630 € de IVA

Una ayuda “gratuita” que te obliga a pagar más de 600 € de IVA no es exactamente un regalo. Es como que te inviten a comer y te cobren el cubierto, el pan y el postre. Sí, el servicio es subvencionado, pero el IVA lo pagas tú. Y aunque después puedas deducirlo —si eres autónomo o empresa—, no deja de ser un desembolso inicial que nadie te explica con claridad.

2. No puedes pedir solo el ordenador

“Quiero el portátil”. Pues no. El Kit no funciona como una carta de restaurante. Va en formato ‘combo cerrado’: 2.000 € para servicios digitales + 1.000 € para equipo. Si solo necesitas uno, te toca asumir los dos. ¿Te interesa digitalizarte o solo renovar el portátil? No importa, el menú es el mismo. No hay alternativas.

3. Cobrar del gobierno puede tardar un año

Y esto no es una exageración. Hemos visto expedientes que tardan 12 meses o más en liquidarse. Durante ese tiempo, el proveedor ya ha trabajado, tú ya has pagado el IVA, y la ayuda… sigue en proceso. Esto puede generar tensiones de tesorería tanto para el cliente como para el agente digitalizador. En resumen: si tienes prisa o necesitas liquidez rápida, el Kit no es la mejor vía.

4. En tu declaración de la renta te aparece como subvención

Lo que para muchos es un “ingreso extra”, para Hacienda es otra cosa: una base imponible más. Al año siguiente, esa ayuda te puede subir los tramos fiscales, hacerte perder beneficios o directamente tocarte pagar más. Una vez más, no te lo explican con claridad. Y no, no es fraude. Es perfectamente legal. Pero puede pillarte con la guardia baja.

5. Las revisiones las hacen personas sin experiencia técnica

Aquí es donde la cosa se pone seria. Hemos visto cómo personal de la Cámara de Comercio, sin conocimientos específicos en diseño web o marketing digital, valida o rechaza proyectos según un simple checklist. ¿Tiene página de contacto? ¿Tiene política de cookies? ¿Hay blog? ¿Logo visible? Perfecto. Pero si la web tarda 12 segundos en cargar, es fea, o no convierte… eso no entra en la revisión.

6. Se aprueban webs mediocres (o malas directamente)

Como las validaciones se hacen por requisitos básicos, muchas empresas hacen lo justo para pasar el filtro. Resultado: webs con errores, diseños desactualizados, sin estrategia, que cumplen con el mínimo legal pero no sirven para nada. Ni para atraer clientes, ni para comunicar bien. Y lo peor es que siguen vendiendo este “servicio” como una transformación digital.

7. El SEO se limita a dos posts y una ficha en Google

Literal. Algunas empresas marcan “SEO” en su propuesta del Kit Digital y lo único que hacen es crear la ficha de Google My Business y subir dos entradas en el blog con títulos genéricos como “Bienvenidos a nuestra web” o “¿Quiénes somos?”. ¿Dónde están el estudio de palabras clave, la auditoría técnica, el análisis de la competencia o la optimización real? Spoiler: no están.

8. Clientes frustrados, agencias rescatando webs

No son casos aislados. Cada mes recibimos personas que nos dicen: “Me hicieron la web con el Kit Digital, pero no me gusta nada, no posiciona, no convierte y no sé qué hacer con ella”. ¿Nuestra respuesta? Rehacer desde cero. Porque mejorar algo mal hecho cuesta, muchas veces, más que hacerlo bien desde el principio.

9. Para una web informativa puede valer, pero no para una tienda online

Una web básica, tipo “quiénes somos + contacto + servicios”, sí puede resolverse con 2.000 €. Pero si hablamos de una tienda online, el presupuesto no alcanza ni de lejos para hacer algo profesional. Hay que pensar en pasarelas de pago, usabilidad, estrategia de conversión, integraciones logísticas, etc. Quien prometa una buena tienda online por ese precio… o pierde dinero, o entrega un producto muy pobre.

10. Velocidad y optimización: el gran olvidado

Otro de los problemas frecuentes es que las webs generadas con el Kit no cumplen los estándares actuales de rendimiento. No usan imágenes en WebP, no optimizan el peso, no canalizan bien los recursos (JavaScript y CSS), y no pasan los test de velocidad como PageSpeed o Lighthouse. Resultado: webs lentas, penalizadas por Google y abandonadas por los usuarios.


Entonces… ¿es o no es una estafa?

No, el Kit Digital no es una estafa por definición. Es una iniciativa que, bien aplicada, podría ser útil para digitalizar a pymes y autónomos. Pero la falta de control de calidad, los tiempos de cobro, el diseño del programa y la ausencia de formación real para quien lo solicita lo convierten en una trampa para muchos.

Nuestro consejo:
No hagas una web con el Kit Digital con cualquier empresa. Pide ejemplos, revisa su experiencia, asegúrate de entender qué vas a pagar de IVA y qué implicaciones tendrá en tu renta. Y si no te convence… valora invertir por tu cuenta con profesionales de verdad. A veces, lo barato no solo sale caro: también sale lento, ineficaz y frustrante.

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